domingo, 13 de diciembre de 2015

Cosas que a la gente no pero a mi sí

Que cada uno tiene sus gustos está claro. Y gracias a Dios que así es, porque sino la vida sería mucho más aburrida y monótona de lo que ya es. 

Sin embargo, es más que evidente que hay cosas que gustan a todo el mundo (los grandes éxitos, que causan furor) y cosas que parecen no gustar a nadie: quedan arrinconadas y que son apreciadas por muy pocos. 

No os diré que nunca sigo la corriente, más que nada porque sería una mentira muy grande; estamos en pleno Adviento y no toca mentir. Pero me quedo tranquila, porque es verdad, si os digo que tengo mis gustos muy definidos y que, al menos a veces, no son los más extendidos. Que soy un poquito original y me encanta. 

Así pues, hoy reivindico las cosas que a la gente no, pero que a mi sí: 

1. La purpurina

Quien no sabe apreciar la purpurina, es porque solo se ha fijado en la purpurina cutre y sin ninguna gracia. Con la purpurina que sobra, que es excesiva y que básicamente no aporta nada. 

Sin embargo, defiendo a capa y espada que "a little bit of sparkle doesn't kill nobody". Me gusta en pijamas, en pintauñas, en el maquillaje y en el árbol de Navidad, entre otros. Obviamente me gusta la purpurina sutil, pequeñita y que ilumina. Nada de horteradas, no os confundáis. 


2. Los pintauñas azules y verdes


3. Las infusiones

Igual es porque las identificáis con estar enfermo, igual porque no os gustan las bebidas calientes. Sea como sea, muchos no entendéis por qué me paso el santo día con una taza en la mano. 

Básicamente, las infusiones me relajan y me sientan súper bien. Además existen millones de tipos y sabores. Prepararme una infusión es uno de mis rituales favoritos.


4. El arroz blanco con ketchup

Hay quien mete las patatas fritas en el batido de fresa. Yo pongo ketchup en el arroz blanco. Me encanta, no lo puedo remediar. Y si le añado un huevo frito, estoy en el cielo.


5. El invierno mil veces antes que el verano

El invierno es, sin duda alguna, mi estación favorita del año. Es una cosa tanto mental como física: mencanta la nieve, las mantas, mirar series durante horas seguidas, los jerseys y los abrigos. Además, tolero muy mal el calor, me sienta fatal.  

Aquí lo explican demasiado bien:


6. La combinación de negro con azul marino

Me parto de la risa cuando alguien dice que odia la combinación de negro con azul marino. A mí siempre me ha encantado. Supongo que me pasa como con la música: no hay nada mejor que afinar a la perfección una disonancia. Pues no hay nada mejor que combinar el negro con el azul marino que toca (porque no cualquier azul marino vale). 

* Mis botas de esta temporada. No hace falta que me explique más. 

7. Comerme el limón de la coca-cola

Me rechifla el limón con sabor a coca-cola y no me voy de un bar sin haberme commido el mío y el de mis amigos, que nunca lo quieren. Ellos se lo pierden.


8. Los lazos en la cola de caballo

Supongo que es por herencia madrileña, pero me pierden las colas de caballo con una lazada. Tienen un punto cursi y de época que me gusta muchísimo. Además lo reservo para ocasiones muy contadas, porque me hacen sentir muy diferente.

Con todo, vigilad porque sería un error garrafal usar una lazada fea, cantona o demasiado grande. 


9. Elvira, Valeria, Camila y Daniela

Mis hijas tendrán alguno de estos nombres, seguro. Y nada de decir que son de abuela.



10. Dormir con los calcetines puestos

No os enfadéis conmigo antes de tiempo: tiene una explicación.

Las mujeres de mi familia solemos tener los pies fríos. Creo que es un tema de mala circulación. La cuestión es que no puedo soportar pasar frío por la noche y por lo tanto siempre duermo con los calcetines puestos.


Si encima son grises y de cashmere...os aseguro que duermo muy tranquila.

Y esta canción, espero que os guste a todos porque es espectacular:


En definitiva, son las cosas que me hacen sentir muy yo: que me definen, me identifican y me dan la oportunidad de defenderlas a muerte (me gusta bastante discutir y argumentar) cuando alguien las critica.

¿A vosotros con qué os pasa?

Hasta pronto,

X.

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